Economía Circular

Pequeños hábitos hacen la diferencia

RECICLAR

Convertir los residuos mediante determinados procesos en recursos o materias primas que se pueden volver a utilizar, así se disminuye el consumo de recursos como el agua y la energía y se evita el uso de nuevos materiales, generando menos residuos.

Además, con menos residuos habrá menos rellenos sanitarios, mas limpieza, menos contaminación y mayor ahorro en su desecho.

  1. Reciclables limpios y secos: papel, carton, plasticos, metales y vidrios (no rotos). En CABA podes desechar los reciclables  los contenedores o puntos verdes, conocé más en https://www.buenosaires.gob.ar/agenciaambiental/puntos-verdes. En la Provincia de Buenos Aires podés informarte en algunos municipios dónde llevarlos.
  2. No reciclables: aquellos que no pueden reutilizarse. Los residuos orgánicos: pueden convertirse en abono mediante el compostaje, un proceso de descomposición natural. Si no podés realizarlo, debés tirar estos residuos con los no reciclables.

Reducir: repensar cómo consumir generando menos residuos. Revisemos nuestros hábitos de consumo, sobre lo que “necesitamos” consumir y la forma en que lo hacemos.

¿Necesito realmente este producto?, ¿Es necesario comprar una fruta con envase plástico?, ¿En qué tipo de envase compro: el grande o el chico?, ¿Compro en envase de vidrio o de plástico?.

Reutilizar: dar una nueva oportunidad o una nueva vida a algo que a priori era un desperdicio, así se reduce la basura y se ahorra dinero.

Reparar: para poder hacerlo es bueno evaluar antes de comprar si los productos tienen reparación o se consiguen repuestos. Hoy en día muchos fabricantes rediseñaron sus productos para que puedan ser reparados.

Renovar: convertí objetos antiguos o en desuso en otros nuevos. Creatividad es salud.

Recuperar: se busca recuperar los materiales ya usados para poder re-introducirlos como materia prima en el proceso productivo y de esta forma, poder crear nuevos productos.

Rediseñar: fabricar productos más verdes, pensando cómo diseñarlos hacer para que generen menos contaminación, o sea más fácil reutilizarlos, repararlos o reciclarlos.

Es importante informarnos acerca de cómo se fabrican los productos que consumimos. Elegí fabricantes que actúen para reducir el uso de los recursos, como la energía y el agua; la generación de sus residuos y la emanación de gases contaminantes a la atmósfera como el CO2.